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En 1953 el gran diseñador italiano Battista "Pinin" Farina realizó para Maserati esta bellísima carrocería de la cual se construirían solo cuatro unidades. Se trataba de un encargo de Guglielmo Dei, concesionario romano de Maserati, que quería ofrecer a sus clientes un coche de carreras algo más confortable, sobre todo en caso de lluvia. Su base mecánica era la del A6 GCS barchetta, que era un coche de carreras puro sin capota.
Su belleza es tan irresistible que me atrevería a decir que es el coche más bello jamás creado. Parece que no solo soy yo quien lo dice sino que tanto su cotización en el mercado, que se cuenta en millones de euros, como los diversos premios conseguidos, como el del concurso de elegancia de Pebble Beach, uno de los más exclusivos del mundo, hablan con claridad de sus virtudes.
Es tal el atractivo e intemporalidad de su diseño que un fabricante americano, Moal Coachbuilders, ha sacado una réplica más o menos declarada de esta joya, llamada Gatto.
Aunque no se declara copia del Maserati su parecido es indiscutible, salvo por la hendidura en el techo y la ausencia de escapes laterales. El diseño del habitáculo no es de desdeñar tampoco, frente al espartano cuadro del Maserati.
Al mas puro estilo retro, un poco americano. La verdad es que esta réplica debería venderse también en metal desnudo que es como más atractiva está.
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